La pandemia de coronavirus ha llegado hasta nuestro país y nuestras ciudades. El virus SARS-CoV-2, aparecido en China, ha traspasado todas las fronteras y parece difícil contenerlo. Su capacidad de dispersión es especialmente alta. Afortunadamente, los efectos que provoca no son especialmente graves. A niños, adolescentes y adultos jóvenes apenas le afecta. Es posible pasar unos días de fiebre y tos seca, junto con mal cuerpo. ¿Y es algo nuevo? Muchos de nosotros hemos pasado enfermedades en invierno, ¿o no?

Si la respuesta es que sí, ¿qué hay de malo en este virus? ¿Por qué hay tanta preocupación y se están tomando medidas de precaución tan extremas? Se han cerrado los colegios, universidades, bares y restaurantes. Se han cancelado conciertos y eventos deportivos. El fin último, claro, es evitar la dispersión del virus. Son medidas eficaces para ello. Pero, ¿por qué tanto afán en evitar la dispersión de un virus cuyos síntomas no son especialmente graves? Para no abarrotar los hospitales, claro. Pero de eso ya hablaremos más adelante.

La población más delicada, también llamada de riesgo, también tiene la respuesta a esas preguntas. Como comentamos anteriormente, la gente de más de 60 años, personas con problemas respiratorios previos o inmunodeprimidos corren un riesgo especial y hay que protegerlos. Para ello, no hay que salir a la calle con una bolsa en la cabeza ni arrasar un supermercado comprando alimentos para varios meses.

La mejor manera de hacer frente a esta infección es manteniendo la calma, tomando las precauciones recomendadas, como evitar en la medida que sea posible el transporte público, lavarse las manos con frecuencia y evitar el contacto con la población de riesgo en caso de sospechar que estamos infectados. Dicho sea de paso, estas medidas son igualmente útiles cuando hablamos de otras enfermedades que puedan causar problemas respiratorios, como es el caso de la gripe.

A falta de que termine la actual campaña invernal, podemos analizar la anterior. En la temporada invernal 2018/2019, la gripe, pese a existir una enorme plataforma de vacunas, afectó en España a 490.000 personas, de las cuales más de 35.300 fueron hospitalizadas y acabó con la vida de 6.300.

El SARS-CoV-2 es un virus nuevo, eso genera desconfianza, como cualquier virus desconocido. Desgraciadamente, la desinformación ha ganado a la información. Y aunque los especialistas nos han avisado de que el riesgo de contagio es muy alto, tarde se han tomado las medidas necesarias para evitarlo. Quizás por el hecho de que la enfermedad no es especialmente grave.

Desde Educaina, queremos mandar un mensaje de tranquilidad a todo el mundo. Recomendamos tratar de controlar nuestros hábitos de higiene, vigilar la temperatura para detectar fiebre superior a 38 ºC y no exponernos a grandes masas de gente. Del mismo modo, ahora mismo los hospitales no son lugares seguros si somos población de riesgo, por lo que consultas menores deben ser pospuestas.

Además, queremos agradecer a todo el personal médico de nuestro país, porque están haciendo un esfuerzo enorme, trabajando sin descanso, exponiéndose constantemente a la enfermedad y con auténticos quebraderos de cabeza para ayudar a todo el que pone un pie en un centro de salud o un hospital.