Resistencia a antibióticos: la pandemia silenciosa
27/02/2022
Resistencia a antibióticos: la pandemia silenciosa
27 de febrero de 2022
La aparición del SARS-CoV-2 en Wuhan en 2019 trajo a todos una pandemia agresiva que nos metió en casa y cambió la vida. Sin embargo, en las últimas décadas, un problema silencioso se ha ido extendiendo por todas partes. Se trata de las superbacterias o bacterias resistentes a antibióticos. En Europa, matan unas 25.000 personas al año.
En la evolución natural de estos organismos interpusimos una barrera de fármacos que han salvado millones de vida desde que Alexander Fleming descubrió la penicilina en 1928. La presión selectiva sobre estos patógenos, unido a un mal uso de los antibióticos, ha forzado la aparición de superbacterias resistentes.
Superbacterias más peligrosas
Uno de los ejemplos más preocupantes se encuentra en las infecciones urinarias. Estas patologías son las más comunes de todas, especialmente en hospitales. Un 15% de los antibióticos que se recetan buscan tratar dichas enfermedades. Las dos bacterias clave en estos problemas son Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae. Se lleva observando años cómo han aparecido cepas de estas bacterias multi-resistentes a antibióticos de varias generaciones.
Para ello, estos microorganismos poseen proteínas capaces de destruir los antibióticos. En concreto, hay bacterias que fabrican beta-lactamasas de amplio espectro. Gracias a ellas, se defienden de antibióticos como las cefalosporinas de tercera y cuarta generación. Por esta razón, se necesitan coadyuvantes, como el ácido clavulánico, que combaten las beta-lactamasas bacterianas.
Pero no solo las infecciones urinarias preocupan. La tuberculosis, causada por Mycobacterium tuberculosis, se está extendiendo en los últimos años como consecuencia de su resistencia a diversos antibióticos y requiere de nuevas alternativas terapéuticas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que, en 2018, murieron más de 200.000 personas por cepas de tuberculosis resistentes a antibióticos.
Además del aparato excretor (enfermedades urinarias) y respiratorio (tuberculosis), el aparato digestivo está siendo diana de superbacterias. Son especialmente graves en las infecciones nosocomiales, es decir, en una hospitalización. Se han observado pacientes cuyo intestino estaba completamente colonizado de enterobacterias resistentes a antibióticos.
Nuevas terapias frente a las bacterias resistentes
Los avances científicos para contrarrestar estos problemas son de distintos tipos. Por un lado, los análisis genéticos de las bacterias pueden iluminar qué mecanismo de resistencia han adquirido. Un estudio español ha aplicado esta tecnología para luchar contra la resistencia de Mycobacterium tuberculosis.
Otra aproximación la encontramos en la utilización de virus que infectan bacterias, los llamados bacteriófagos. Son unos organismos fascinantes, capaces de utilizar letras únicas en su ADN para defenderse de las bacterias. El uso de bacteriófagos frente a bacterias es conocido como fagoterapia y se postula como una alternativa obligatoria frente a las superbacterias.
Medidas contra la aparición de nuevas resistencias
El descubrimiento de alternativas frente a las superbacterias, desgraciadamente, avanza más despacio que la aparición de nuevas cepas resistentes. Lo mejor que podemos hacer para que no emerjan más resistencias es seguir una serie de indicaciones frente a esta evolución bacteriana.
Lo más recomendado es evitar la terapia antimicrobiana innecesaria o acortar la duración del antimicrobiano tanto como sea posible. Un ejemplo muy habitual se da cuando una persona quiere curarse un resfriado tomando antibióticos. Casi siempre hay un virus detrás de un resfriado, por lo que tomar antibióticos no servirá para nada. Implica exponer los fármacos al examen evolutivo de las bacterias, que ya han demostrado su capacidad para aprobarlo con nota.