La esquizofrenia es un trastorno mental incluido en un grupo más amplio que se conoce como psicosis. Las psicosis se caracterizan porque la persona ha perdido el contacto con la realidad. Afecta a un grupo numeroso de la población, unos 400.000 sólo en España. Cada año se diagnostican 0,8 casos por 10.000, cifras similares al resto de Europa. Afecta ligeramente más a hombres que a mujeres.

La esquizofrenia afecta a la forma de pensar, al sentido del yo y a las percepciones. Así, es habitual la presencia de:

• Alucinaciones, generalmente auditivas
• Falsas creencias (delirios), como creerse una figura histórica (ej., Jesús), o que están siendo controlados por otros
• Paranoia: creen que hay un complot contra ellos.

Suelen tener mal funcionamiento social, en el trabajo, en los estudios, con mala concentración, respuestas emocionales inadecuadas y habla errática, incoherente. Tienen 2 a 3 veces más probabilidades que el resto de morir prematuramente por suicidio o comportamientos extremos. Realmente es un drama personal y familiar.

A veces también tienen disminuidas sus expresiones faciales, con afecto plano, y pueden estar catatónicos (no responden a estímulos). No es raro que tengan temblores, tics, rigidez, lentitud de movimientos, aunque parece ser un efecto secundario de la medicación.

Causas del trastorno

No están claras las causas. Parece haber una cierta heredabilidad: gemelos criados por separado, si uno la tiene el otro tiene 50% de probabilidades de padecerla. Son más de 100 los genes posiblemente implicados, aunque sólo 4 o 5 genes puedan ser los más destacados. En cualquier caso, cada gen parece contribuir muy poco. Es la combinación de varios de ellos con la variante anómala junto con factores ambientales lo que determinará en última instancia que aparezca la enfermedad. Es decir, no estamos sentenciados por los genes: de los gemelos idénticos, un 50 % de hermanos de un esquizofrénico no lo es.

Por tanto, parece haber factores ambientales que predisponen a la esquizofrenia, como el nacimiento prematuro, infecciones prenatales, anoxia perinatal, bajo peso al nacer, o el estrés infantil. De hecho, la suelen desencadenar finalmente factores como el estrés (divorcio, separación, duelo, perder el trabajo…) o el abuso de sustancias (los más frecuentes: cannabis, cocaína, LSD y anfetaminas). En este sentido, aunque ya durante el desarrollo parece haber anomalías cerebrales, suele aparecer al final de la adolescencia y principio de la adultez, cuando el cerebro más emocional-social madura. En tiempos, precisamente por el estrés de la situación, era muy común que apareciera durante el servicio militar obligatorio.

Tratamiento de la esquizofrenia

Un tratamiento adecuado y generalmente crónico es fundamental. Los medicamentos más habituales afectan a los niveles de dopamina y serotonina en ciertas partes del cerebro. Esto se debe a que su descompensación parece ser una de las principales alteraciones que están a la base de este trastorno. Sin embargo, es frecuente que abandonen el tratamiento, con los consiguientes riesgos, incluida la neurodegeneración.

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Artículo escrito por el doctor en Psicobiología Manuel Martín-Loeches para EDUCAINA. El doctor Martín-Loeches es catedrático en la Universidad Complutense de Madrid. Además, realiza labor divulgativa en radio, televisión y redes sociales.