Cómo usar los test de antígenos COVID-19

23/12/2021

Cómo usar los test de antígenos COVID-19

23 de diciembre de 2021

Los test nos han acompañado casi diario en estos casi dos años de pandemia. En los primeros meses, las PCRs empezaron a hacerse populares entre la sociedad. Fueron una de las primeras dianas de la desinformación. Al par, llegaron los test de anticuerpos, capaces de mostrar si habíamos pasado la infección por SARS-CoV-2 recientemente (IgM) o podíamos considerarnos ya “inmunes” (IgG) al haber pasado más tiempo desde la infección. Tanto las PCRs como los test de anticuerpos sirvieron, además, para formar a la ciudadanía en Biología Molecular e Inmunología. Hoy nos centraremos en el tercer tipo: los test de antígenos.

Detectando anticuerpos y fragmentos genéticos virales

Antes de disponer de vacunas, ya conocimos los test de anticuerpos, que permitían saber si una persona había estado expuesta al virus. Estas pruebas detectan la presencia de anticuerpos, proteínas de nuestro sistema inmunitario, que se fabrican para neutralizar a un agente infeccioso. Pueden ser test rápidos a partir de un pinchazo en el dedo, con resultados limitados en pocos minutos. También los hay más sofisticados y sensibles a partir de una muestra mayor de sangre venosa.

Al par que los test de anticuerpos, llegaban las PCR, no exentas de polémica y atacadas desde la desinformación. La PCR es una técnica común en Biología Molecular que permite detectar y amplificar la presencia de fragmentos genéticos de cualquier tipo. En el contexto de la pandemia, se usan test PCR para buscar el rastro genético del coronavirus SARS-CoV-2. Además, son los test con la mayor sensibilidad, llegando a dar positivo incluso después de haber vencido al virus.

La revolución de los antígenos

Más tarde aparecieron los test de antígenos. Están orientados a encontrar pequeños fragmentos de la estructura del virus. Los dispositivos utilizados para llevar a cabo la detección de antígenos son pequeños y ofrecen resultados en pocos minutos. La muestra se puede tomar con un hisopo que se introduce por la nariz. También hay modelos que requieren únicamente unas gotas de saliva. La muestra se deposita en el dispositivo del test y se analiza inmediatamente después.

Los test de antígenos están diseñados para diferenciar negativo, positivo y no válido. Para ello, cuentan con una banda de control, que debe aparecer sí o sí para confirmar que el dispositivo está bien y la toma de muestra ha sido correcta. Además, la aparición de una segunda banda determinará que el test es positivo. Si esta segunda banda aparece después de 20 o 30 minutos, ya no se considera realmente positivo, sino un artefacto del dispositivo: una reacción química cruzada.

Test de antígenos. Fuente: Abbot.

La letra pequeña

A diferencia de las PCR, los test de antígeno no tienen un proceso previo de amplificación. Esto implica que la sensibilidad es más baja. Por lo tanto, su resultado tiene mucha letra pequeña. Las PCRs detectan personas infectadas días antes y días después de mostrar síntomas de COVID-19. Sin embargo, los test de antígeno darán positivo cuando la persona infectada tenga elevada carga viral, es decir, cuando más partículas virales tiene su cuerpo. En las personas que presentan síntomas, suele coincidir este período de tiempo con el de mayor carga viral, aunque no tiene por qué ser así siempre. Y, lo que es más importante, a mayor carga viral, más contagiosa es la persona.

De hecho, en caso de contactos estrechos, un test de antígenos de poco valdrá si no la carga viral aún no es lo suficientemente alta. Si estamos recién infectados, en fase pre-sintomática, la PCR sí podría detectar al virus, pero el test de antígenos, no. Tras un periodo de incubación variable, la cantidad de virus sí volvería útil una prueba de antígenos.

Estos test se pueden usar de forma preventiva si se hacen cada pocos días. Esto ocurre en profesionales que están expuestos constantemente al virus, como sanitarios o deportistas. Además, ofrecen resultados específicos, es decir, permiten diferenciar un cuadro gripal o un resfriado de la COVID-19.

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